viernes, 3 de agosto de 2007

Con sabor a despedida...
















En horas de ponerme melancólica,
cuando la ciudad ya no me consuela con bienvenidas
si no que evoca en su presencia despedida.

Decir que
soy viajero que mira atrás,
añorando sus pasos
ahora diluidos en el tiempo.
Sentir que
soy sueño de otro partir,
recuerdo del que regreso
guiño perpetuo de vivir.

Busco excusas, motivos, treguas, contratos
que me den razones para quedarme,
alimentando mi vértigo suicida
y tirarme sin más hacia el vacío.

Escucho los silencios de las lengas patagónicas
invitándome a enraizar con ellas,
a volar con sus soledades australes.

Me tienta el canto sereno de las montañas andinas,
las iliadas gauchescas
las noches tangueras.

Evoco a los duendes, La Maga, los astros
y esquivo el mirar indiferente de las estrellas
que me verán volver, volver, volver...

Lu.

4 comentarios:

Jotikas dijo...

Volveras

Anónimo dijo...

Te quedaras!!

Anónimo dijo...

...o volveré para quedarme ;-P

Unknown dijo...

He leido algo que me ha hecho gracia, es respecto a aquello de viajar solo:

"¡QUÉ larga es la noche del centinela!
¡Qué largo el camino del viajero cansado!
¡Qué larga la circulación de las vidas
para el necio que pierde este camino!

Si el viajero no puede encontrar
maestro o amigo que lo acompañe,
mejor es que viaje solo
y no en la compañía de un necio. [...]"

Dhammapada (Buda)